jueves, 9 de febrero de 2012

LA CUNA DEL CASTELLANO

En pleno Valle de San Millán, con la vista permanente del pico San Lorenzo de 2271 metros y en la margen izquierda del río Cárdenas


se despliega el conjunto monumental del Real Monasterio de San Millán de Yuso (que significa abajo en castellano antiguo) y el Monasterio de San Millán de Suso (arriba), cuna del Castellano. El 4 de diciembre de 1997 son declarados Patrimonio de la Humanidad en Europa.
Repletos de historia, guardan entre sus muros, antiguos secretos de una vida llena de avatares y viejos legados para comprender la identidad propia de los origenes de nuestra lengua.
Mandado construir por el rey García Sánchez III de Navarra en el 1053. Mucho antes, en el año 977 en el Monasterio de Suso, un monje anónimo se atrevió a interpretar un texto latino y pasarlo a la lengua que él y sus vecinos usaban escribiendo esas palabras por primera vez. En estas glosas también aparecen las primeras palabras en vasco y en estos dos monasterios surge la magia de las palabras.
El Monasterio de Yuso fué construido en estilo románico, demolido en su totalidad y reconstruido en el siglo XVI en estilo Herreriano.
Encontramos en el interior el códice de las Glosas Emilianenses,
diferentes portadas
y columnas bellamente decoradas.
En la iglesia encontramos el retablo del siglo XVII con pinturas de Fray Juan Ricci, que representan a San Millán en la Batalla de Hacinas (Burgos) contra los moros
y una magnífica y bella cúpula.
La sala capitular pasa a ser una de las Sacristías más bonitas de España con un retablo barroco y unos frescos del techo sencillamente, impresionantes.
Cuadros,
pequeños retablos
y numerosos milagros del Santo escritos en infinidad de tablillas.
Tiene el monasterio también una importante biblioteca, como el códice 46 fechado en el 964 que recoge todo el saber de la época, el códice 60 las Glosas Emilianenses, que son las primeras frases en castellano y en vascuence y una de las obras del primer poeta de nombre conocido en castellano, Gonzalo de Berceo.
Los cantorales del siglo XVII, unos 30 libros gigantes de entre 40 y 60 kilos hechos a mano con piel (pergamino) de vaca, con la colección completa de todos los cantos monásticos que rezaban a lo largo del año.


Enormes pasillos
hasta llegar a la sala donde podemos ver el Arca Relicario con los restos de San Millán lleno de marfiles románicos.

El claustro, también llamado procesional es renacentista con bóvedas góticas donde su planta alta destaca su clasicismo
y en su parte baja sus arcos apuntados.

Antes de salir al exterior descubrimos otra maravillosa cúpula
y un bonito corredor que cierra una ornamentada portada.
Ya en el exterior encontramos la Hospedería de San Millán, donde nos podemos alojar en un ambiente monástico con las cuatro estrellas que lo adornan.
Hay que rodear el monasterio
para seguir descubriendo
los muchos y magníficos rincones que nos ofrece.


El lugar esta incluido en el itinerario del Camino de la Lengua Castellana, compartiendo plaza con lugares tan señalados como Alcalá de Henares y Salamanca.







Los dos monasterios están comunicados por un solitario sendero, además de estar unidos visualmente
y ahora subimos
hasta San Millán de Suso que tiene su origen en un cenobio visigodo del siglo VI.
Hasta el siglo XII se ampliaría con estilos mozárabe y románico.
En la primera mitad del siglo X se construye el monasterio mozárabe, perteneciendo la galería de entrada y la nave principal, con bóvedas de estilo califal y arcos de herradura.

Un cenotafio visigodo de San Millán, que es la primera construcción propiamente dicha,
y la entrada, con puerta que tiene un rústico y arcaico arco
con unos soportes laterales con columnas gemelas y capiteles muy interesantes.
En el portaleyo o atrio de Gonzalo de Berceo, los sarcófagos de los siete Infantes de Lara y tres reinas navarras. El suelo decorado con cantos rodados grises y ladrillos rojos formando rosetas y esvásticas.

Un pequeño monasterio pero de gran relevancia e importancia con otros centros de cultura.
Nos trasladamos hasta el municipio riojano de Anguiano en otro valle de la Sierra de la Demanda
junto a las cimas del San Lorenzo para visitar el Monasterio de Valvanera.
El nombre de Valvanera parece derivar del latín "Vallis Venarea" o Valle de las Venas de Agua. El edificio actual es del siglo XV, teniendo interés por albergar la Virgen románica de Valvanera, patrona de la Rioja, centro espiritual y destino de importantes peregrinaciones.

Destaca su medallón central
y la portada de entrada con cuatro austeras arquivoltas apuntadas y lisas.
Una magnífica galería nos transporta

hasta una bonita fuente
en un paraje de excepcional belleza.
Abandonamos estos hermosos lugares con el bello manto de la nieve sobre las montañas que le rodean.
Saludos de Lanchero para tod@s caminantes virtuales.

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