El día 26 de enero de 2012 decidimos darnos un paseo por el Desfiladero del Río Purón en la frontera de Las Merindades burgalesas y tierras alavesas. Pincha en "play" y comenzamos.
Hay varias formas de acercarse a este sendero que sigue la corriente del río Purón dentro del Valle de Valderejo, pero la nuestra comienza en el pueblo medieval de Herrán, visitando su iglesia de Santa Agueda del siglo XV-XVI( imagen de arriba).
Iniciamos nuestro recorrido que facilmente identificamos a las afueras de Herrán con una pequeña fuente y un lavadero
y la presencia de un antiguo molino en el mismo cauce del río.
Abandonamos el pueblo por un camino y pronto observamos en la lejanía la entrada de las hoces,
mientras una importante colonia de nidos de "procesonaria" nos invade en esta zona de pinar.
El día es frío y la mañana empieza a aparecer entre los numerosos bancos de niebla.
Nada más cruzar una valla de madera nos adentramos en los agrestes parajes del desfiladero
en las inmediaciones de las ruinas de la ermita de San Roque y San Felices.
El paisaje, aunque deslucido por la poca luz solar, no esta exento de una natural belleza
y engullidos entre las rocas
aparecen signos de color y frescor por la abundante humedad.
Aparecen los primeros saltos de agua de este Purón que juega al escondite con nosotros.
Algunas calizas modeladas por la erosión
y rodeados de enebro, encinas, pinos y boj
nos siguen introduciendo en un laberinto de rocas y paredones verticales
donde la mano del hombre ha tenido que esculpir los cantiles calcáreos
para construir el paso. Estamos en lo más profundo de este pequeño desfiladero
y entre bellos puentes
la senda nos conduce
hasta uno de los más bonitos rincones del cañón donde el agua a abierto una profunda brecha
formando un sinfín de juguetonas y frescas cascadas.
Suavemente seguimos ascendiendo pegados a la roca
descubriendo maravillosos rincones
inundados por las cristalinas aguas llenas de colores, aromas y la frescura que los robles, hayas y pinos nos ofrecen.
A través de un tunel vegetal
accedemos a la impresionante pradera
que nos llevará hasta Ribera.
La idea era subir por la senda de Vallegrul para enlazar con el pueblo abandonado de Villamardones y llegar a Lalastra pero este cartel nos obligó a modificar la ruta.
Estamos en el pueblo abandonado de Ribera emplazado en un maravilloso vallejo entre montañas. La iglesia románica se alza sobre un roquedo y el conjunto arquitectónico se encuentra muy deteriorado. Aun así observamos un bello arco de entrada
con unos espectaculares capiteles
y una bonita pila bautismal.
La joya de su interior son las pinturas murales de época gótica entre las que destaca la escena de la tentación de Adán y Eva.
Salimos al exterior
y las ruinas de las casas
se desparraman por la ladera
con la sensación de una gran historia olvidada.
Atrás dejamos Ribera
y continuamos caminando
entre hayas
justo donde el Purón va buscando su nacimiento
y donde nosotros le abandonamos para caminar junto al arroyo Polledo en un mar de pinos.
Tras cruzarlo
tomamos el GR-282 Camino Natural Senda del Pastoreo
y transitamos por un cerrado bosque
hasta enlazar con el camino que nos llevará hasta Lalastra. Antes de llegar divisamos a lo lejos otro de los pueblos deshabitados: Villamardones.Hermosas praderas donde sestea el ganado, escarpes rocosos y la amenaza de lluvia son la preparación de la llegada
a la localidad alavesa de Lalastra, donde nos damos de lleno con el templo de la Anunciación de Nuestra Señora
de traza sencilla con portada románica de arcos apuntados y esbelta espadaña. Junto a ella un mágnifico potro de herrar.
En las inmediaciones un horno comunal,
lavadero
y su fuente y pilón en el medio de la plaza. Una recomendación a la hora de comer es el bar de Tuto o Valderejoetxea donde ofrece un menú tradicional por 9,60 euros.
Y hasta aquí la ruta de hoy con el grueso del pelotón.
Solamente nos queda el regreso hasta Herrán con las prediciones ya confirmadas de una amable y fina lluvia.
A la espera de que en nuestra próxima aventura empiece a salir el sol nos despedimos de esta ruta oculta y espectacular dentro del Parque Natural de Valderejo, en la que la lejanía, su carácter fronterizo, su perfil cerrado entre montañas, su patrimonio cultural, su enorme naturaleza y su escasa presencia humana, convierten este camino en una experiencia única.
Saludos de Lanchero para los acompañantes de hoy y a tod@s aquellos caminantes virtuales. Podeis ver el video de youtube en la siguiente dirección: http://www.youtube.com/watch?v=ktImjJU6YMs
El día 26 de enero de 2012 decidimos darnos un paseo por el Desfiladero del Río Purón en la frontera de Las Merindades burgalesas y tierras alavesas. Pincha en "play" y comenzamos.
Hay varias formas de acercarse a este sendero que sigue la corriente del río Purón dentro del Valle de Valderejo, pero la nuestra comienza en el pueblo medieval de Herrán, visitando su iglesia de Santa Agueda del siglo XV-XVI( imagen de arriba).
Iniciamos nuestro recorrido que facilmente identificamos a las afueras de Herrán con una pequeña fuente y un lavadero
y la presencia de un antiguo molino en el mismo cauce del río.
Abandonamos el pueblo por un camino y pronto observamos en la lejanía la entrada de las hoces,
mientras una importante colonia de nidos de "procesonaria" nos invade en esta zona de pinar.
El día es frío y la mañana empieza a aparecer entre los numerosos bancos de niebla.
Nada más cruzar una valla de madera nos adentramos en los agrestes parajes del desfiladero
en las inmediaciones de las ruinas de la ermita de San Roque y San Felices.
El paisaje, aunque deslucido por la poca luz solar, no esta exento de una natural belleza
y engullidos entre las rocas
aparecen signos de color y frescor por la abundante humedad.
Aparecen los primeros saltos de agua de este Purón que juega al escondite con nosotros.
Algunas calizas modeladas por la erosión
y rodeados de enebro, encinas, pinos y boj
nos siguen introduciendo en un laberinto de rocas y paredones verticales
donde la mano del hombre ha tenido que esculpir los cantiles calcáreos
para construir el paso. Estamos en lo más profundo de este pequeño desfiladero
y entre bellos puentes
la senda nos conduce
hasta uno de los más bonitos rincones del cañón donde el agua a abierto una profunda brecha
formando un sinfín de juguetonas y frescas cascadas.
Suavemente seguimos ascendiendo pegados a la roca
descubriendo maravillosos rincones
inundados por las cristalinas aguas llenas de colores, aromas y la frescura que los robles, hayas y pinos nos ofrecen.
A través de un tunel vegetal
accedemos a la impresionante pradera
que nos llevará hasta Ribera.
La idea era subir por la senda de Vallegrul para enlazar con el pueblo abandonado de Villamardones y llegar a Lalastra pero este cartel nos obligó a modificar la ruta.
Estamos en el pueblo abandonado de Ribera emplazado en un maravilloso vallejo entre montañas. La iglesia románica se alza sobre un roquedo y el conjunto arquitectónico se encuentra muy deteriorado. Aun así observamos un bello arco de entrada
con unos espectaculares capiteles
y una bonita pila bautismal.
La joya de su interior son las pinturas murales de época gótica entre las que destaca la escena de la tentación de Adán y Eva.
Salimos al exterior
y las ruinas de las casas
se desparraman por la ladera
con la sensación de una gran historia olvidada.
Atrás dejamos Ribera
y continuamos caminando
entre hayas
justo donde el Purón va buscando su nacimiento
y donde nosotros le abandonamos para caminar junto al arroyo Polledo en un mar de pinos.
Tras cruzarlo
tomamos el GR-282 Camino Natural Senda del Pastoreo
y transitamos por un cerrado bosque
hasta enlazar con el camino que nos llevará hasta Lalastra. Antes de llegar divisamos a lo lejos otro de los pueblos deshabitados: Villamardones.
Hermosas praderas donde sestea el ganado, escarpes rocosos y la amenaza de lluvia son la preparación de la llegada
a la localidad alavesa de Lalastra, donde nos damos de lleno con el templo de la Anunciación de Nuestra Señora
de traza sencilla con portada románica de arcos apuntados y esbelta espadaña. Junto a ella un mágnifico potro de herrar.
En las inmediaciones un horno comunal,
lavadero
y su fuente y pilón en el medio de la plaza. Una recomendación a la hora de comer es el bar de Tuto o Valderejoetxea donde ofrece un menú tradicional por 9,60 euros.
Y hasta aquí la ruta de hoy con el grueso del pelotón.
Solamente nos queda el regreso hasta Herrán con las prediciones ya confirmadas de una amable y fina lluvia.
A la espera de que en nuestra próxima aventura empiece a salir el sol nos despedimos de esta ruta oculta y espectacular dentro del Parque Natural de Valderejo, en la que la lejanía, su carácter fronterizo, su perfil cerrado entre montañas, su patrimonio cultural, su enorme naturaleza y su escasa presencia humana, convierten este camino en una experiencia única.
